Un animador debe ser creativo, dinámico, solucionador; se caracteriza por ser
un investigador inquieto, con una actitud positiva y perseverante.
Las características más importantes deben ser las siguientes:
Autenticidad:
Es
una persona que siempre tiene ideas origínales, buenas; posee una
enorme confianza en su personalidad y su equipo de trabajo.
Apertura a los demás:
Confía en los otros, sabe dar la confianza necesaria y tiene la autoridad de
decidir sin oprimir a otros.
Responsabilidad:
Sabe de lo importante que es su trabajo y lo valora, siempre
dispone de lo mejor y sabe manejar con mucha cordura a sus clientes.
Creatividad, imaginación, originalidad.
Optimismo, alegría, ilusión:
Siempre permite que los demás expresen sus ideas y las
valora.
Realismo y espíritu crítico:
Considerando siempre obtener el mayor beneficio con unos recursos
limitados.
Empatía:
Es clave para un buen animador tener como formación una buena
relación pública; esto le permite interactuar con los demás de una
manera dinámica inteligente y proactiva, esto garantizará un buen flujo
de trabajo.
Comunicación y expresión:
Expresarse muy bien y dar a conocer sus ideas de una forma
elocuente y determinada en caminada a dar soluciones prácticas y
eficientes.
Capacidad organizativa y de trabajo en equipo:
Su metodología de organización y el compromiso con otros le
permite dinamizar los procesos, fortalecer herramientas de
comunicación con su equipo; que tendrá la libertad de crear y trabajar
con armonía y tranquilidad.
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